lunes, 2 de enero de 2017

2017.



DÍA DOS. 2 de Enero 2017.

Querido Diario:

Gracias por estar siempre conmigo.

Ayer después de hablar contigo estaba agotado y triste. El agua estancada del lavaplatos empezaba a oler mal, y me acordé de cuando fuimos a trabajos voluntarios a ese pobrísimo campamento con la pastoral universitaria.

Después de aplicar todos mis conocimientos en el destape de cañerías, que no son pocos aunque no se note dado mi aspecto pulcro y fresco, decidí almorzar e irme a la cama por una siesta que me aclarara los pasos a seguir. Ya era un buen augurio descubrir que además de los litros de gazpacho del 31 tenía aún un poco de puré, zapallitos italianos en cubitos y huevos, lo que me salvó de caer en el jurel tipo salmón.

Me dormí y ahí estabas tú, querido diario, enviándome tu mensaje tal como te había pedido. Fue a través de un Santo en forma de pajarito de plumaje blanco albo resplandeciente. Yo creo que era Juan Pablo Segundo porque irradiaba la misma paz que cuando lo vi pasar con mi hermana en el papa-móvil en su visita a Chile. Esa vez que en el estadio nacional la tropa de licenciosos gritaron un fuerte NO!!! cuando el Santo Padre preguntó si renunciaban al sexo y la lujuria. Yo creo que fue una imprudencia de su parte exponerse así, si me permites decirlo querido diario, porque todos sabemos que cuando un país está en estado de guerra a la gente le da por desahogar sus angustias justamente cayendo en el pecado de la carne y no tuvieron tapujos en reconocerlo a los cuatro vientos. Y nosotros estábamos en una especie de guerra dicen algunos.

Mientras me guiñaba un ojito aquel Santo-pajarito me decía cantando que perseverara, que siguiera: meta sopapa, manguera, ácidos, jabones, agua hirviendo, soplidos. Que diosito estaba probando mi fortaleza, y que si nada funcionaba llamara al gasfiter. Eso último me aterró de sobremanera porque aunque no soy rácano, hoy es feriado y ya en días hábiles son carísimos y nada que ver con los “Hot workers” de las pornos. No, no. Siempre viene uno que sabe menos que uno, anda hediondo y finalmente uno tiene que hacer todo el trabajo igual, y pagarles la tarifa correspondiente. Ahí es cuando agradezco de tener siempre una reserva de efectivo y la invención de la ducha.

Y sí, mi querido diario. Sólo bastaron dos o tres aplicaciones enérgicas de mi fiel sopapa para que todo cambiara. Repentinamente el agua estancada empezó a correr y fluir, parecía cantar… fui tan feliz.

Igual, querido diario creo que llamaré al gásfiter que me recomendó la vecina de arriba. Casualmente se llama Juan Pablo, pero dudo que tenga como tercer nombre Segundo. Eso ya sería para informarlo a Roma por posible milagro. Es que tengo dudas, querido diario, de si habrá quedado bien destapada la cañería y no quisiera empezar el verano con este tipo de problemas.

Siempre agradecido,

F


DÍA TRES. 3 de Enero 2017.

Querido Diario:

Sigo con el lavaplatos tapado. Aún me queda gazpacho del 31. 
En realidad, parece que es lo único que tengo para comer en los próximos tres días. 
Como siempre, no quiero ir al super.

A pesar de todo, estoy esperanzado de este nuevo año. Siento en mi interior que triunfaré.

Ayer vi Bambi por cuarta vez. No había llorado tanto desde que vino el Papa y lo vi en su papa-móvil pasar por la Alameda. Espero que este Dos mil Diez y Siete lo traiga de vuelta.
Bueno, al bachicha que hay ahora porque el otro, que también parecía bueno pero era más reaccionario que Hermógenes, está comiendo rabanitos por abajo hace rato.
Extraño a la Princesa Leia, aunque nunca vi ninguna peli de la saga.Tampoco vi La Misión en su momento y lo más bien que he podido sobrevivir.

Ahora tengo mis reservas con el cine, sobre todo después de que me enteré de lo de El Último Tango en París y la escena de la mantequilla. Pobre mujer. Yo también quiero triunfar, pero no a ese precio, y por último que me pregunten antes.

Eso por hoy, querido Diario. Por favor, necesito que me mandes consejo. Yo sé que tú no hablas, pero lo puedes hacer a través de mis amigos, en sueños o a través de mi gato, que sé está a punto de ponerse a hablar hace rato. Aunque me da un poco de miedo porque me mira con cara de que no tiene cosas agradables que decirme.

En fin, la vida siempre tiene desafíos y a veces un sopapo no es suficiente para solucionarlos.

Te mantendré al tanto.

Reza por mí.

F.




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