martes, 11 de noviembre de 2014

Fin de jornada.

Hoy en el metro, final de jornada. Jovencito moreno-pelo chuzo corto, camisa celeste, pantalón azul, corbata azul, mocasines mal lustrados parcialmente cubiertos por la bastilla, deshilachada. Su Fruna-frambuesa le explota al intentar abrirla. Líquido rojo, bubujas rojas, lo empapan y me salpican levemente mi regalón pantaloncito beige de lino regalón y mi camisa negra Calvin Klein de rebajas, pero CK al final. Lo miro, su cara también está roja, como la Fruna-frambuesa explosiva. Me mira de reojo. Perdón, me dice. Parece que va a llorar. Me quedo en silencio. Me acerco y le digo lo que dice mi amigo Pa Tricio: "a cualquiera le puede pasar". Me mira otra vez. Se baja conmigo. Perdone, me repite. Tranquilo, le digo. Se aleja con su media gaseosa color rojo casi radioactivo, que no ha terminado de abrir, de la cual no ha bebido, consumido por la vergüenza. Lo miro mientras sube la escalera, ágil. Entonces me doy cuenta de que tal vez lo perdoné demasiado rápido.

lunes, 10 de noviembre de 2014

COSMOCOLITAS.

Damas y damiselas, caballeros y señoritos, sepan ustedes que uno puede hacerse la sueca pero igual hacerse una brasilera. Y que uno puede perfectamente andar a lo gringo, también chino y que te hagan una rusa. Todo al mismo tiempo.
"Y verás cómo quieren en Chile, 
(al amigo cuando es forastero)".