"Perhaps the only difference between me and other people is that I've always demanded more from the sunset. More spectacular colors when the sun hits on the horizon. That's, perhaps, my only sin".
Lars Von Trier. Nymphomaniac.
lunes, 30 de junio de 2014
DO YOU KNOW?
Antes de apagar la luz después de
la juerga de aquella nueva primera noche, lo mira solemne y le dice:
Yo, te amo… y siempre te voy a
amar.
Amar es un verbo que reverbera,
que se expande, que colma el oscuro espacio que los rodea. En medio de la
oscuridad, escucha la voz, tal vez no a modo de respuesta:
Siento una gran tensión sexual,
tú no?
El otro ríe, y ríe y ríe sin
parar. Porque sí, es gracioso cómo lo dijo, porque la alegría, porque la
emoción, porque el deseo. Sigue riendo rompiendo ese silencio que los acerca. Prende
la luz y estira su mano, lento. Y lo mira. Toca su cabello, adorado e imaginado
muchas veces en esa ausencia de años. Y algo crece allí, dentro y fuera, algo
que es sólo suyo, que es del otro, que les pertenece. También acaricia su
carita, más hermosa que antes. Diez y seis años más hermosa.
No. No puedo. Estoy cachondo,
pero no.
De acuerdo. Se retira. Se hunde.
Muere y revive en un segundo, para darle triunfo a todas sus añoranzas pre y
post regreso. Están ahí. Están juntos y eso es lo único que le importa ahora.
Y llena nuevamente cuadernitos
con dedicatorias y besos en caligrafía que el cachondo no leerá, que se
guardará.
(Porque ya, otra vez, no está.
Pero todo esto que los separa ahora también los une. Puede sentirlo.
Simplemente lo sabe).
Le toma de la mano y corriendo
por esa calle húmeda le muestra lo que fue su nidito de silencios y de te
quieros no lo suficientemente dichos. De pasiones, de cenas y de vinos. Y de
lágrimas que se perpetuaron en su pecho hasta Paris, y más allá. Y más acá.
Everywhere.
(Una laguna de tristeza cada
noche, todas esas noches antes de partir).
Al volver, allí está otra vez.
Sonriendo. ¿Le esperaba otra vez? Sabe que eso no importa, porque simple y
sólido está ahí otra vez. ¿Tienes hambre? Cociné. Lo mira en penumbra en ese
balcón que cuelga hacia un lugar insospechado para ambos. Tal vez simplemente a
otro vacío. Un vacío lleno de caricias. Puede mirarlo sin disimular nada.
Quiere hacerle el amor. Se lo hace lento, derramando sus palabras predecibles
después del último viaje. El verbo se hace puente y no importa nada más que
esa sensación en el pecho. Las palabras los van cubriendo, tibias, y sin tocarse
están juntos otra vez. Como dos perros viejos, apaleados, pero juntos.
Y sabe que debe irse otra vez.
Y entonces, esa tarde antes de
partir, vuelve a sonar como diez y seis años antes, “La vie en rose”, lenta y
profunda canta Grace Jones, se desliza, los seduce. Uno de ellos, el pasajero
eterno, calla y respira y lo mira y lo admira intentando retener su olor
penetrante, y disimulando ese brillo demás en sus ojos.
La porte est claquée!
Y debe
partir después de otros abrazos y más besos que se quedan suspendidos en seis pisos de
escalera sin ascensor.
(¿Me recordarás ? ¿Estarás aquí,
esperando por mí ? Una y mil veces para siempre esperándome cada tarde, y yo
llegando para abrazarte y besarte y hacerte mío cada tarde y por siempre… y colgar
juntos de nuestro balcón, lleno de pájaros y flores y muñecas de trapo mil
veces cosidas por nuestras manos).
domingo, 29 de junio de 2014
NUNCA ES TARDE
Debo empezar nuevamente por el principio de los principios principales, pa' que se entienda:
Yo tuve un blog que se llamaba: Machito-Piola-Dotado, pero se perdió para siempre en el ciberespacio supersideral.
El blog que ahora estás leyendo (espero), es posterior, y nunca contó con línea editorial alguna. Es más, nunca tuvo más que UNA publicación.
Formando Normas es un sobrenombre que un resentido amante me puso frente a mis constantes correcciones a su proceder con los platos sucios, la ropa sucia, la conciencia sucia. OK, era más que un amante, por eso y en un arranque más de vocación pedagógica que aún no pierdo, intenté con magros resultados elevar su existencia en relación con su entorno inmediato. Algo así como la neurosis disfrazada de feng-shui.
Formando Normas es un sobrenombre que un resentido amante me puso frente a mis constantes correcciones a su proceder con los platos sucios, la ropa sucia, la conciencia sucia. OK, era más que un amante, por eso y en un arranque más de vocación pedagógica que aún no pierdo, intenté con magros resultados elevar su existencia en relación con su entorno inmediato. Algo así como la neurosis disfrazada de feng-shui.
Y es que creo que el Facebook ya no está para andar martirizando a mis contactos con tanta huevada que pongo, aunque a estas alturas lo más seguro es que me tengan muy restringido, tanto, que creen que me morí. No figuro en sus muros, estoy seguro.
Al menos a mí me pasa que cuando uno de mis amigos FB se pone latero con cadenas del dinero, velas del amor, fotos de almuerzos, cenas, onces, etc., y bendiciones a destajo cada media hora, me da el sueño eterno que me persigue y simplemente bloqueo sus publicaciones. Temo que todo termine con la foto del suruyo en el water. Así es que pienso, la vida sería tanto más fácil si tuviera las mismas aplicaciones que el facebook.
Heme aquí, entonces. Con totally humildad, rindiéndome a unas aficiones escriturales, que aunque vagas, siguen siendo muy sinceras.
Love, o algo que se acerque lo más posible, para todos.
Dexter.
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